miércoles, 26 de enero de 2022

Tema 11- La evaluación en el aula de lenguas extranjeras

 


En mi opinión, de todas las tareas que debe desarrollar un docente la de evaluar es, a priori, la más delicada. Implica una serie de valores éticos como los de justicia, responsabilidad, honestidad y equidad, entre los más importantes que deberá seguir el profesorado en esta tarea. Esta situación de por sí difícil se ve agravada en el presente por el peso que la calificación puede tener en el futuro académico y/o laboral de las personas.

Sin embargo, calificar, lo cual implica una valoración numérica sumativa, no es lo mismo que evaluar, ya que éste es un concepto mucho más amplio que la mera calificación. En clase, definimos la evaluación como: “una recogida de datos para tomar decisiones dentro del proceso de enseñanza aprendizaje” (apuntes de la docente).

Esta definición abarca no solo la evaluación del aprendizaje del alumnado sino también la de las estrategias utilizadas por el profesorado para la enseñanza.  Así, Pérez Juste (2000: p266) define la evaluación de programas: “...es una actividad metodológica que admite...la acción reflexiva, ordinaria, de cada profesor o educador sobre su programa, entendido como plan al servicio del logro de sus metas educativas…”.

A su vez, debemos distinguir distintos tipos de evaluación según cuáles sean los objetivos de la misma, es decir, según qué datos queremos recabar y en qué momento se lleva a cabo dicha evaluación. De esta manera podemos distinguir tres tipos de evaluación: inicial, formativa y sumativa o final.

La evaluación inicial y diagnóstica es la que puede informar sobre los conocimientos y  competencias previas del alumnado, que ayudará al docente a conocer el punto de partida desde donde comenzar su accionar y planificar el mismo desde allí.

La evaluación sumativa o final es aquella que se usa para calificar o certificar. Se puede dar al finalizar una unidad, un trimestre o del curso.

La evaluación formativa es aquella que informa al docente cómo va desarrollando el aprendizaje el alumnado y sobre los posibles ajustes que debe realizar en su programación didáctica o en las estrategias de enseñanza en el aula. A su vez, la evaluación formativa debe contribuir a que los alumnos reconozcan tanto sus avances como los aspectos que debe mejorar para lograr el aprendizaje. También debe guiarlos para que el propio alumnado tenga una respuesta activa en ese sentido. Es así que, por ejemplo, cuando hablamos de cómo llevar a cabo la corrección de la  producción escrita, llegamos a la conclusión de que una evaluación formativa de la misma era hacer comentarios tanto sobre los aspectos logrados como sobre aquellos que faltaban alcanzar, más que dar una calificación numérica a la misma. También concluimos que era mejor indicar pautas o ayudas para que el propio alumnado lograra realizar sus propias correcciones, más que sea el docente el que les de las respuestas.

Para realizar una evaluación justa, fiable y equitativa, el alumnado debe tener claro desde dónde parte, cómo se desarrolla su aprendizaje y los objetivos a alcanzar, que deben ser claros. Además dicha evaluación debe ser variada. El alumnado presenta distintas formas de llevar a cabo el  aprendizaje, distinta motivación y necesidades diferentes. Todo esto se debe de tener en cuenta al momento de planificar las distintas actividades, pero también a la hora de evaluar.

Existen distintos instrumentos de evaluación. El más tradicional es el examen o test. En este punto vimos dos conceptos diferentes: la evaluación del aprendizaje y la evaluación para el aprendizaje. Vimos que con la evaluación tradicional no se logra la información real para poder evaluar. Hay distintos factores, como el nerviosismo de verse enfrentado a un examen o el hecho de evaluar todo en un solo momento, o con ejercicios que no demuestran la utilización real del idioma, hacen que este tipo de evaluación no sea el mejor.

En cambio, para que la evaluación sirva para el aprendizaje se deben utilizar otros instrumentos que permitan evaluar al alumnado en el uso real de la lengua. Es por ello que la observación en clase es una importante herramienta, mientras los alumnos desarrollan actividades lo más parecidas a situaciones reales. La observación debe hacerse de forma sistemática con fichas preparadas para toda la clase o por alumno.

Otra herramienta muy significativa es la rúbrica. Esta tiene la doble ventaja que ayuda al docente a ser más objetivo y fijarse en los aspectos que realmente van a ser evaluados. Para los alumnos también es una herramienta interesante ya que les ayuda a tener más claros los objetivos de las actividades, qué se espera que logren. Para practicar la confección de rúbricas la docente nos propuso que escribiéramos una para evaluar la actividad de mediación que habíamos elaborado con anterioridad. Debo decir que no es una tarea fácil. Se debe definir claramente los criterios que se evalúan, éstos deben estar de acuerdo a los estándares educativos para la materia y el curso, es mejor que se elaboren con los alumnos quienes pueden aportar ideas y así redefinirlos, su redacción debe ser clara, se debe compartir con ellos para que tengan claro los objetivos de la tarea y qué se espera de ellos y debe haber distintos niveles de logro de tipo descriptivo, no evaluativo.

Otros instrumentos pueden ser: entrevistas, diarios, portafolios, cuestionarios, etc.

Además de la evaluación que hace el docente se puede promover la autoevaluación del alumnado, una forma de evaluación formativa activa ya que ayuda a éstos a reflexionar sobre su propio aprendizaje. Un instrumento para la autoevaluación puede ser el portafolio, el cual constituye una herramienta evaluativa que promueve la reflexión y el aprendizaje autónomo (Chacón, C. y Chacón-Corzo, M.,2011: p. 1).

También se puede solicitar la evaluación del alumnado respecto al trabajo docente, lo que ayuda, a su vez, al docente a reflexionar sobre su propio trabajo.

Por último diremos que otra forma de evaluar que involucra al alumnado de forma activa puede ser la llevada a cabo entre pares o coevaluación

Bibliografía

  • Chacón, C. y Chacón-Corzo, M. (2011). <El uso del portafolio en la enseñanza de lenguas extranjeras>. Acción pedagógica, Nº 20 / Enero - Diciembre, 2011 - pp. 32 – 41. [Fecha de consulta: 26/01/2022. Disponible en: file:///C:/Users/X651S/Downloads/DialnetElUsoDelPortafolioEnLaEnsenanzaDeLenguasExtranjera-6222146.pdf].
  • Pérez Juste, R. (2000). <LA EVALUACIÓN DE PROGRAMAS EDUCATIVOS:CONCEPTOS BÁSICOS, PLANTEAMIENTOS GENERALES Y PROBLEMÁTICA> . Revista de Investigación Educativa, 2000, Vol. 18 n.º 2 pág. 261-267. Fecha de consulta: 26/01/2022. Disponible en:
  • https://revistas.um.es/rie/article/view/121001/113691

 

 


5 comentarios:

  1. Ola, Stella:
    Moi bo comezo de artigo sinalando a importancia dos valores no proceso avaliativo. Queiramos ou non, na materia de idiomas a subxetividade non se pode evitar. Non obstante, si se pode reducir, como ben indicas, con instrumentos que buscan ser o máis obxetivos posibles (p.e. as rúbricas cos seus parámetros e valoracións descriptivas). Ser conscientes destes factores á hora de valorar a aprendizaxe dun/ha alumno/a, seguro que nos farán reconsiderar os nosos métodos antes de levalos a cabo!
    Saúdos :)
    Sara Outeiral.

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  2. Ola Stella,

    Que entrada tan completa! Resultoume unha lectura moi útil, porque mentres a lía puiden repasar todo o que víramos nas sesións deste tema e, ademais, hai varias cousas que me viñeron á cabeza.

    Concordo contigo en que avaliar implica poñer en práctica certos valores (xustiza, responsabilidade, honestidade e equidade, como ti ben dis), mais o verdadeiramente complicado é casar a parte da avaliación na que nos toca cualificar con todos eses principios. Digo isto porque, se ben todos estamos de acordo en que cómpre valorar o esforzo, é moi difícil facelo á hora de cualificar, porque é algo abstracto. Por exemplo, penso que nunha grade non se podería incluír este criterio, pois pecaría de ser demasiado subxectivo..., non si? A min paréceme o mesmo caso que cando pos "o vocabulario empregado é adecuado". "Adecuado" é demasiado vago, deberiamos precisar un pouco máis a que nos referimos: "emprega vocabulario específico", "o vocabulario é variado" etc.

    Por todo isto que acabo de escribir, e aínda que penso que as grades son un instrumento de avaliación moi útil por todas as razóns que ti achegas, estas tamén teñen as súas limitacións. Mais, e logo, que podemos facer para compensar estas carencias? Pois, unha vez máis, non vou dicir nada novo, porque xa o dixeches ti: ao igual que na aula empregamos diferentes estratexias de ensino-aprendizaxe para adaptármonos aos diferentes estilos de aprendizaxe do noso alumnado, o lóxico sería que fixésemos o mesmo cos procedementos e instrumentos de avaliación. Deste xeito, as vantaxes duns poden compensar as desvantaxes doutros. Por exemplo, as observacións de aula dannos a liberdade que non nos dan as grades ou as listas de cotexo ou as listas de control... Non obstante, creo que seguiriamos a ter o mesmo dilema á hora de converter as nosas observacións nunha cualificación.

    En definitiva, avaliar é, certamente, unha tarefa delicada e máis aínda cando temos que cualificar.

    Moitas grazas pola túa entrada, que me fixo reflexionar moito!
    Un saúdo,
    Inés

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  3. ¡Una gran entrada, Stella! Estoy completamente de acuerdo contigo acerca de la importancia de la evaluación. Es muy común que la gente confunda evaluación con calificación, ambas cuestiones importantes en el proceso de aprendizaje, sobre todo lo que cada una implica. Creo que estas sesiones nos han ayudado a interiorizar ambos conceptos y todo lo que la evaluación supone. Igualmente, coincido contigo sobre el uso de la autoevaluación como método de evaluación formativa activa, creo que es una forma fructífera de que el alumnado identifique y sea consciente de sus puntos fuertes y débiles. Igualmente, creo que contribuye en su pensamiento crítico y capacidad de autogobierno, proporcionando también al docente una idea de cómo ve el alumnado su progreso en el aprendizaje de esa lengua.

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  4. ¡Hola Stella!

    Ha sido una entrada muy interesante que describe bastante bien el concepto de evaluación y su importancia en el ámbito educativo.

    Concuerdo totalmente contigo en que se trata de una tarea delicada para los docentes y al mismo tiempo también crucial para el correcto aprendizaje, motivación y éxito del alumnado a lo largo de su proceso educativo, por lo que es realmente importante pararse a reflexionar seriamente sobre qué métodos podemos implementar en las aulas con el fin de contribuir a que el aprendizaje del alumnado sea funcional y a que alcance los objetivos establecidos. Aparte de eso, concuerdo en la importancia de llevar a cabo una evaluación formativa que incorpore una retroalimentación constante positiva (teniendo también en cuenta las diferentes características de cada estudiante) y en la que se utilicen distintos instrumentos, como pueden ser los múltiples ejemplos que mencionaste, para lograr que el alumnado se haga consciente tanto de sus puntos fuertes como de los aspectos a mejorar en lugar de basar la evaluación simplemente en una calificación obtenida a raíz de un examen final tradicional que, como bien dices, tal y como están planteados hoy en día no suele ser una herramienta demasiado eficaz para evaluar el conocimiento de la materia más allá de la mera memorización.

    Además, también coincido contigo en lo que mencionas sobre la importancia de incorporar la autoevaluación en las aulas mediante diferentes instrumentos posibles como parte de la evaluación formativa, tanto por parte del alumnado para que sea capaz de reflexionar sobre su proceso de aprendizaje y de que desarrolle al mismo tiempo el pensamiento crítico como también por parte del docente para observar los conocimientos y avances del alumnado y para contemplar si haría falta realizar algún ajuste en la manera de impartir la materia para lograr mejores resultados en base a esas observaciones.

    De nuevo, ¡gracias por tu aportación!

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  5. Boas, Stella! Antes de nada, parabéns pola túa entrada, recolle á perfección os contidos que vimos nas clases do tema once desta materia e tamén inclúe puntualizacións que completan a información dada. Coincido contigo en que avaliar é unha das tarefas máis delicadas que debe levar a cabo o profesorado, xa que moita xente só entende o concepto de "avaliación" como unha nota númerica cando é moito máis que iso, como ti ben sinalas. Creo que para ser boas profesionais do mundo da docencia, debemos ter sempre presente que o importante é a aprendizaxe do alumnado e o seu crecemento como persoas, é dicir, ensinarlles que as notas non determinan o seu "valor como estudantes", como xa lle comentara a outra compañeira no seu blog. De novo, parabéns pola túa entrada, un saúdo!

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