En mi opinión, de todas las tareas que debe desarrollar un
docente la de evaluar es, a priori, la más delicada. Implica una serie de
valores éticos como los de justicia, responsabilidad, honestidad y equidad,
entre los más importantes que deberá seguir el profesorado en esta tarea. Esta
situación de por sí difícil se ve agravada en el presente por el peso que la
calificación puede tener en el futuro académico y/o laboral de las personas.